Cárcel y Casa del Corregidor.

 

• Otras denominaciones:Palacio Municipal; Antigua Cárcel y Casa de Justicia; Antigua Casa de Corregidores; Casas Consistoriales; Antigua Cárcel y Casa del Corregidor; Antigua cárcel; Ayuntamiento; Antigua Casa de Justicia

• Caracterización: Arquitectónica.

• Tipologías: Cárceles.

• Actividades:

• P. Históricos:Edad Moderna.

• Cronología:1500/1599.

• Estilos: Plateresco.                                                         Descripción: Se trata de uno de los edificios más notables de la ciudad de Baeza. Antes que casa consistorial cumplió la función de cárcel y palacio de justicia. Data del siglo XVI y, aunque durante mucho tiempo se adjudicó la autoría de su traza a Andrés de Vandelvira, diversas fuentes apuntan a otros autores. Este edificio es uno de los mejores ejemplos de decoración plateresca de Baeza. En el cuerpo superior de la fachada exterior podemos distinguir cuatro balcones formados por vanos serlianos, es decir, un arco de medio punto flanqueado por dos dinteles separados por columnas de orden clásico. Este tipo de elementos decorativos y estructurales denotan la sólida formación clasicista del arquitecto que llevó a cabo el proyecto. En el piso inferior se abren dos puertas formadas por un arco de medio punto que alternan las dovelas lisas con la decoración de la clave. Entre ambos pisos, separados por filas de hojas de acanto, se sitúa la decoración heráldica compuesta por un monumental escudo de Felipe II con el águila de San Juan, flanqueado por los emblemas del Corregidor y el de la Villa de Baeza. El edificio está coronado por una gran cornisa con dos ovas laterales y un gran despliegue decorativo basado en figuras menudas de niños, esfinges, águilas, hojas de acanto, ménsulas, volutas, festones, etc. En el interior del edificio, merece una especial atención el fastuoso artesonado policromo que cubre el Salón de Sesiones. Muchos elementos que hoy podemos contemplar en este Ayuntamiento, como el citado artesonado del Salón de Sesiones, fueron trasladados desde conventos e iglesias cercanas durante la Guerra Civil. Sin duda, el edificio que representaba el poder cívico de la ciudad era el mejor lugar para proteger muchas obras de arte que se hubieran perdido en el trascurso de la contienda.